Opinión

Laberinto de género y feminismo

Laberinto de género y feminismo

Hasta hace pocos años, el género en las personas se distinguían conforme al Diccionario de la Real Academia Española, como masculino y femenino, con sus diferencias biológicas, por todos conocidas.

Junto a ellos, hay personas intersex, que han sido socializadas como mujeres, que se identifican como mujer y son percibidas como mujer por todas las personas de su entorno.

Del mismo modo, hay mujeres trans, es decir, personas que fueron asignadas como biológicamente masculinas al nacer y se identifican como mujeres; que llevan muchos años ocupando una posición social muy similar a la mayoría de éllas, que se identifican como tales; y en muchos casos han tenido cirugía genital y tratamiento hormonal. Y, por tanto, comparten algunas propiedades biológicas con aquellas mujeres que son asignadas como biológicamente femeninas al nacer.

Hace años, sin que existiera legislación en ese momento al respecto, dicté sentencia en la que se reconocía sexo femenino a quien nació como hombre, luego de acreditar que había pasado por cirugía, genital, informes psicológicos -donde se incidicía que desde pequeño jugaba con niñas y que pensaba y actuaba desde siempre como mujer-.

Pero la nueva Ley, conocida como Ley Trans, de Febrero de 2023, posibilita el que, una persona -hombre o mujer-, con una simple declaración ante el Registro Civil, sin pruebas siquiera psicológicas de que, se siente del sexo contrario, se le otorgue la categoría del sexo que, desee.

En los últimos meses, grupos importantes de personas, en cuanto a su número, habiendo nacido hombres, casados y con descendencia, dicen sentirse mujeres, y se les otorga automáticamente el género elegido. Tenemos actualmente la posibilidad de elegir un género “ a la carta”. Está ocurriendo en prisiones, que hombres condenados, incluso por violaciones, dicen que al sentirse mujeres, quieren ser trasladados a los módulos de éstas.

Todo un desconcierto en el término actual de “mujer”.

Y así Mimunt Hamido, feminista y portavoz de la plataforma “Nonos Taparán”, de mujeres laicas, de origen magrebí, dice que «Tras lustros de feminismo, las mujeres nos encontramos con que somos ‘‘esa cosa indefinible por complicada”».

En mi opinión, lo único cierto es que, diluyendo el significado de mujer, será imposible acabar globalmente con la opresión de carácter estructural que las mujeres sufren históricamente.

Cualquier definición de mujer que se intenta dar desde el transactivismo es circular, termina afirmando que mujer es quien se siente mujer. No pueden dar una definición que no contenga la palabra definida.

En palabras de José Errasti, profesor titular en la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo «Yo no sé hasta qué punto los propios líderes políticos de la izquierda son conscientes de que la ley trans implica impedir la posibilidad de definir qué es ser una mujer».

En el ámbito deportivo internacional, se ha resuelto que personas que han sido hombres y ahora mujeres, no compitan con éstas, sino que, han creado un tercer género, para evitar que la fortaleza física de aquéllos se impongan sobre las segundas.

Urge en consecuencia, aclarar el término “Mujer”, y crear un tercer o cuarto género, para no perjudicar a quienes nacieron y actuaron desde siempre como mujeres; y modificar en este aspecto, la ley a fin de armonizar qué ha de entenderse por mujer, sin demonizar, por supuesto, a los restantes grupos.